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Tobón,M.,y Martínez,S.(2017).Participación del Colectivo Infantil en actividades educativas de la Manzana Cultural en Bogotá. Un análisis cualitativo. Revista Electrónica en Educación y Pedagogía, 1(1),26-42. doi:http://dx.doi.org/10.15658/rev.electron.educ.pedagog17.09010102
Recibido: Septiembre 28 de 2016/Revisado: Marzo 28 de 2017/ Aceptado: / Junio 6 de 2017
RESUMEN El presente trabajo se centra en el estudio de las circunstancias que determinan las bajas de asistencia de niños entre los 4 y los 9 años de edad a las actividades que se ofertan en los Museos de Arte y Numismática del Banco de la República en Bogotá, Colombia. A partir de la metodología cualitativa, y bajo miradas que apuntan a dinámicas de participación social como la animación sociocultural, postulados del paradigma constructivista en relación a la educación en museos y teorías sobre la construcción identitaria desde el espacio museal, esta investigación plantea recoger las expectativas tanto de profesionales de los museos como de docentes, niños y familias vinculados a Casas Comunitarias vecinas a los espacios culturales. Los resultados de la investigación permiten dar luces sobre las estrategias de acción que deben darse al interior de la comunidad, y reflexionan sobre los componentes pedagógico, social y patrimonial en el escenario de la actividad cultural, proponiendo un modelo de comprensión global del fenómeno
1Artículo derivado del trabajo de máster para optar al título de “Máster en Educación en Museos de la
Universidad de Murcia” financiado y avalado por la Universidad de Murcia.
2Master en Educación y Museos, Patrimonio, Identidad y Mediación Cultural, Universidad de Murcia.
Educadora de museos e investigadora independiente. E-mail: myriamhtobon@gmail.com ORCID: http://
orcid.org/0000-0002-7255-2803. Bogotá, Colombia
3Doctora en Pedagogía, Universidad de Murcia. Profesora titular y coordinadora del Grado de Educación
Social de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia. E-mail:silviana@um.es ORCID: http://
orcid.org/0000-0001-7602-8796. Murcia, España.
Participation of infantile collective in educational activities of the cultural block in Bogotá. A qualitative analysis
Abstract: The present work focuses on the study of circumstances that determine the drop in the attendance of children, with ages between 4 and 9 years old, to activities offered by the Banco de la República Art and Numismatics Museums in Bogota, Colombia. From qualitative methodology, and under points of view that aim the social participation dynamics such as sociocultural animation, taking account the postulates of constructivist paradigm related with education in museums, and theories about identity construction from museum space, this investigation raises to collect the expectations from both museums professional and teachers, children and families linked to neighboring Community Houses cultural spaces. The results from this research allow us to highlight the action strategies that must be taken within the community, and reflect on the pedagogical, social and heritage components inside the cultural activity scenario, proposing a global comprehension model of the phenomenon.
Key words: Cultural animation, team teaching, cultural identity, cultural participation, pedagogy (Thesaurus); museum education (author´s keywords).
Participação do coletivo infantil em atividades educativas da maçã cultural em Bogotá. Uma analise qualitativa
Resumo: O presente trabalho centra-se no estudo das circunstancias que determinam a pouca assistência de crianças entre os 4 e os 9 anos de idade às atividades que se oferecem nos Museus de Arte e Numismática do Banco da República em Bogotá, Colômbia. A partir da metodologia qualitativa, e baixo olhares que apontam a dinâmicas de participação social como a animação sociocultural, postulados do paradigma construtivista em relação à educação em museus e teorias sobre a construção identitária desde o espaço museal, esta pesquisa propõe recolher as expetativas tanto de profissionais dos museus como de docentes, crianças e famílias vinculados a Casas Comunitárias vizinhas aos espaços culturais. Os resultados da investigação deram uma luz sobre as estratégias de ação que devem dar-se ao interior da comunidade e reflexionam sobre os componentes pedagógicos, social e patrimonial no cenário da atividade cultural, propondo um modelo de compreensão global do fenômeno.
Palavras-chave:: Animação cultural, ensino em equipe, identidade cultural, participação cultural, pedagogia (Thesaurus); educação em museus (palavras-chave dos autores).
INTRODUCCIÓN
La asistencia del colectivo infantil a los museos ha resultado una preocupación creciente de los departamentos educativos de estas instituciones en los últimos años, en donde se reconoce cada vez más el potencial que tienen en los procesos de aprendizaje para la infancia. En Colombia, sin embargo, las discusiones sobre el papel que el museo juega en la sociedad son bastante recientes, con lo que resulta relevante cuestionarse por las dinámicas de participación de estos públicos, de cara a la cualificación de los planteamientos pedagógicos de los museos, y con miras al mejoramiento de los procesos educativos.
En la ciudad de Bogotá, se ha consolidado la Manzana Cultural del Banco de la República como un espacio de referencia en el centro histórico de la capital, albergando el Museo Botero que incluye obras de Fernando Botero y parte de su colección privada, la Casa de Moneda que exhibe la Colección Numismática del Banco de la República, la Colección de Arte Permanente del mismo Banco, que presenta obras representativas de la historia del arte colombiano y maestros del arte universal, el Museo de Arte que sirve como plataforma para exposiciones temporales, y la Biblioteca Luis Ángel Arango, una de las más importantes en Latinoamérica (Melo, 2008).Estos espacios, como parte de las políticas de difusión de la institución, ofertan de manera permanente y gratuita actividades que apoyan los contenidos de dichos museos. La actividad de la que se ocupa el presente trabajo tiene que ver con la oferta permanente de talleres para población infantil, específicamente niños entre los 4 y los 9 años de edad; estos talleres se realizan los fines de semana y la inscripción puede realizarse a través de diferentes medios. Los últimos años han registrado una reducción significativa en los niveles de asistencia a estas actividades, elemento que ha conducido a la pregunta por las circunstancias que determinan las bajas de asistencia y a la posibilidad de abordar la problemática desde una metodología cualitativa dando voz a los sujetos involucrados en la puesta en relación en el escenario del museo.
La investigación, entonces, se propuso realizar un diagnóstico sobre las razones por las cuales los niños entre los 4 y los 9 años de edad no asisten a las actividades que los Museos y Colecciones de Arte y Numismática del Banco de la República programan como parte de su plan educativo, a través de un trabajo colaborativo que involucrara tanto a los agentes del museo como a los colectivos a quienes se dirigen las propuestas. Ahora bien, para conseguir el objetivo planteado, fue necesario realizar una revisión de las circunstancias que intervienen en el descenso de los niveles de asistencia de los niños entre los 4 y los 9 años de edad a las actividades de los Museos, definir las situaciones que desde el museo inciden en los niveles de asistencia de la población infantil, tanto desde la propuesta pedagógica como desde la puesta en contacto con la comunidad, y consolidar una serie de estrategias cualitativas para el trabajo colaborativo en función de la comprensión del fenómeno de la falta de asistencia de la población en cuestión a las actividades programadas.
En este contexto, y desde los postulados de la nueva museología (Lorente, 2015), la práctica en el museo implica considerar la acción comunicativa que tiene lugar en éste, y el hecho de que la efectividad de esta acción debe estar enmarcada en un ejercicio de des-jerarquización del museo, así como de apertura real a escuchar las voces de todos los agentes involucrados en un escenario horizontal (Padró, 2003). Estas ideas suponen la consciencia de las particularidades de los agentes involucrados en la visita al museo y ponen de manifiesto una serie de problemáticas que deben ser abordadas para el ejercicio de la democracia cultural y la experiencia significativa. La realidad de los sujetos es el ingrediente fundamental en la construcción de las propuestas de acceso al museo y supone una transformación definitiva en el papel que juegan estos espacios tradicionales en la construcción de identidad comunitaria. Además,se establece la idea del diálogo comprometido para enriquecer la experiencia en el intercambio cultural, lo que supone la necesidad del establecimiento de políticas que deben apuntar a la participación activa, permitiendo el ejercicio de ciudadanía y estableciendo una sociedad dinámica (Merino, 2009).
En este camino, Hooper-Greenhill (1998), plantea que los museos contemporá- neos manifiestan una necesidad de conexión con sus visitantes que se debe resolver desde una labor comunicativa, y Merino (2009), señala la necesidad de que los agentes culturales se involucren en dinámicas participativas en pro del bienestar social, estableciéndose el museo como un agente de cambio. Así, el encuentro en el museo implica múltiples realidades entre sujetos cuya relación entre el contexto físico y el contexto personal es única (Falk y Dierking, 2013), y estos sujetos establecen un diálogo que es potencialmente constructor de identidad plural.
En el contexto del trabajo en museos, se establece la Animación Sociocultural como una herramienta que permite desarrollar programas participativos que respetanlas individualidades comprometiendo a su vez el bienestar social (Pérez-Pérez,2014). Ander-Egg (2008), define la Animación Sociocultural como “una tecnología social que, basada en una pedagogía participativa, tiene por finalidad actuar en diferentes ámbitos de la calidad de la vida, promoviendo, alentando y canalizando la participación de la gente en su propio desarrollo socio-cultural” (p. 50). Esta necesidad de participación activa resulta fundamental a la hora de evaluar las potencialidades comunicativas entre un museo y sus visitantes e implica una actuación desde lo cultural, lo social y lo educativo en un ejercicio de apoyar la solución de problemas de diversa índole y mejorar las circunstancias de los ciudadanos(Escarbajal de Haro y Martínez de Miguel, 2012; Úcar, Planas, Núñez y Llena, 2016).
Ahora bien, partiendo de los planteamientos de Ander-Egg (2008), se establece que la Animación Sociocultural puede ser una estrategia que facilite el acceso a dimensiones de la experiencia para enriquecer ámbitos de la vida que las situaciones contextuales tienden a dejar de lado; en este sentido, y asumiendo el escenario del museo como clave en el ejercicio participativo, es importante destacar la responsabilidad social que éste adquiere (Shaffer, 2015), y la necesidad de que los profesionales
de estos espacios sean conscientes de las necesidades de sus públicos así como de las implicaciones de su labor comunicativa. El museo se postula entonces como un espacio que propicia el ejercicio comunicativo, y se confirma la necesidad de que existan dinámicas participativas que desemboquen en procesos de aprendizaje duraderos en un compromiso con la generación de experiencias significativas (Domínguez, 2003; Hooper-Greenhill, 1998; Shaffer, 2015).
En la investigación de la que se ocupa este artículo, es fundamental abordar asuntos relacionados con los procesos de aprendizaje en la infancia, y conceptos como la lúdica y la experiencia fluida, así como los postulados del paradigma constructivista, que resultan claves a la hora de comprender la esencia del fenómeno educativo en el museo. La aproximación a los fenómenos desde la experiencia, unida a la posibilidad de articular el juego como fin en sí mismo, se soporta en la idea de que los aprendizajes son construcciones progresivas, que requieren de la interacción social para ser posibles (Bachmann, 1998; Boada y Vila, 1989; Calvo, 2001). En este sentido, las posibilidades de trabajo con infancia implican necesariamente ambientes de confianza y actividad permanente, que conduzcan a la generación de experiencias de descubrimiento y disfrute, y contribuyan tanto con el afianzamiento de lazos entre pares, como con la consecución de aprendizajes duraderos que tengan impacto a largo plazo y a mayor escala.
Un último elemento que debe ser tenido en cuenta en el análisis de la puesta en contacto del museo con la comunidad en el ejercicio participativo, es el del patrimonio. Ballart (1997), señala que el concepto de patrimonio aparece cuando los sujetos identifican elementos de su entorno como propios, y que, por la naturaleza social del hombre, con el paso del tiempo estos elementos adquieren sentido dentro de un sistema y devienen identitarios. Resulta fundamental, a la hora de pensar tanto en la labor del museo como en el compromiso de éste para con sus visitantes, entender que el objeto que exhibe el museo –que hace parte de un sistema y en ocasiones ha sido separado de éste– tiene la potencialidad de generar diálogos de construcción identitaria, en tanto que son el reflejo de sistemas complejos de apropiación y uso, que en última instancia, definen el carácter de una cultura. Esto significa que la recontextualización del objeto en el museo ofrece posibilidades de diálogo en torno a la construcción identitaria, en tanto referente histórico o cultural, o bien en tanto detonador de nuevos usos y significados
METODOLOGÍA
La investigación realizada es de tipo cualitativo descriptivo (Abarca, 2013), en tanto que involucra las voces de los participantes, y se establece como móvil, plural y abierta (Trilla, 1997), permitiendo la consolidación de escenarios dinámicos y transformadores del contexto. La naturaleza variable de las circunstancias que rodean la participación de los públicos en el museo, condujo a la necesidad de evaluar las potencialidades de acción teniendo en cuenta las particularidades, tanto de los públicos potenciales, como del museo como institución que acoge a un colectivo.
Participantes
Al definir el trabajo con la población vecina, resultó fundamental delimitar el espacio de acción a la localidad de La Candelaria4, en donde se estima que viven alrededor de 24.096 personas (Secretaría Distrital de Planeación, 2015), localizadas en siete barrios de estratos socioeconómicos bajos, de las cuales, cerca de 2.505 se encuentran entre los 0 y los 9 años de edad (Alcaldía Mayor de Bogotá, D.C., 2014).
La finalidad de la selección de participantes implicaba un carácter intencional. El interés de la investigación pretendía el análisis desde el ámbito comunitario y a través de las acciones educativas de carácter no formal que se desarrollan en el contexto objeto de investigación, que es donde se observaba la carencia en la implicación en actividades educativas propiciadas en el ámbito museístico. En total, se contó con 33 participantes, de los que un 36,36% eran hombres y un 63,63% mujeres, con edades comprendidas entre 5 y 58 años. De estos, el 51,51% lo constituyen niños, 12,12% padres, 6,06% administradores de Casas Comunitarias ubicadas en los barrios cercanos a los museos, que desarrollan una actividad permanente con los residentes del sector, 15,15% profesionales de las mismas Casas Comunitarias y 15,15% profesionales de los equipamientos culturales de la Manzana Cultural del Banco de la República.
Procedimiento
La selección de los participantes estuvo mediada por la necesidad de que existiera un intermediario que permitiera poner en contacto la institución con los vecinos de la localidad, como se indicó con anterioridad. Se inició por contactar a las cuatro Casas Culturales y Comunitarias del sector, entes encargados de diseñar y promover actividades artísticas y deportivas para la población vecina y con el apoyo de la Alcaldía Local. Dos de estas casas estaban en proceso de cierre por temas administrativos y con las casas restantes se realizó el trabajo. Los niños que asisten permanentemente a las actividades, se concentraban en una de las casas y se encontraban trabajando en un proyecto de centros orquestales dirigido por la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Para el momento de la investigación, aproximadamente 27 niños entre los 7 y los 9 años estaban participando del proyecto de música, y dadas las circunstancias particulares de la población, la presencia de las familias era bastante escasa. Fue importante, a su vez, contar con el apoyo de los docentes de música y de las coordinadoras de las Casas Comunitarias para el desarrollo del proyecto.
En cuanto a los profesionales del museo, se contactó a las personas que actualmente se encuentran vinculadas al desarrollo de actividades para público infantil y juvenil en la Manzana Cultural.
4La ciudad de Bogotá, capital de la República de Colombia, se encuentra dividida administrativamente en 20 localidades, cada una de las cuales posee una Junta de Acción Local y un Alcalde Local, dedicados a la gestión administrativa de la zona en el ámbito cultural, de infraestructura y bienes. La localidad de La Candelaria es la que posee menor extensión, pero se convierte en una de las más importantes por ser escenario de significativos espacios culturales asociados al centro fundacional de la ciudad, además de albergar el centro administrativo, numerosos equipamientos culturales como los Museos del Banco de la República y centros educativos.
De otro lado, como parte del diseño de los instrumentos de recolección de datos, fue necesario trazar unas dimensiones transversales al proyecto de investigación, que dieran cuenta tanto del soporte teórico como de las particularidades de la población. Las dimensiones se definieron de la siguiente manera:
Los instrumentos que se utilizaron para la obtención de la información, buscaban considerar las particularidades de los sujetos involucrados y fue necesario un planteamiento muy consciente para lograr la participación esperada; estos fueron:
Entrevista semiestructurada
Este instrumento fue elegido por la posibilidad que ofrece en términos del establecimiento de diálogos comprometidos abiertos a las inquietudes de los entrevistados (Martínez, 2006). Fue empleado con las coordinadoras de las Casas Comunitarias, así como con los docentes de las mismas, y su estructura partió de las dimensiones de la investigación buscando articular las impresiones de los entrevistados con los contenidos específicos del proyecto.
Grupo de discusión
La elección de este tipo de instrumento obedeció al hecho de que permite comprender las relaciones que los sujetos involucrados en un contexto en particular establecen con las problemáticas de este mismo contexto, promoviendo reflexiones grupales y la elaboración de discursos colectivos que atienden a unas necesidades específicas (Mena, 2009). Se diseñó una estructura para los profesionales del museo, otra para los padres de familia, y una especial para los niños, que incluyó el desarrollo de un ejercicio creativo, dado que el carácter abstracto de la discusión dificultaría el diálogo con los menores
Observación participante
Se realizó una visita con los niños y sus padres a los museos trabajados, durante la cual se completó una guía de observación de acuerdo a las dimensiones del proyecto. Este ejercicio de observación resultó clave por cuanto atendió a la puesta en contacto de los niños con el entorno de estudio, conduciendo a reflexiones basadas en los hechos reales; fue un ejercicio que permitió conocer de primera mano las expectativas del colectivo infantil en un contexto en particular, dándole valor a lo observado, y otorgando a los sujetos participantes el protagonismo necesario para una investigación de carácter social (Abarca, 2013).
Los instrumentos de recolección fueron aplicados a las comunidades involucradas en el estudio, y una vez consolidados los datos se procedió al análisis de la información. Este análisis se apoyó del programa Atlas.ti, basado en la teoría fundamentada, para un análisis de tipo inductivo que buscaba realizar una generalización a través de datos específicos (Ballas, 2008).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dada la naturaleza flexible de la metodología cualitativa, en la que la flexibilidad del fenómeno social es imperante, fue necesario acudir a procesos de teorización que permitieran dar sentido al escenario analizado y resultó clave recurrir a categorías descriptivas para la presentación de la información. A su vez, fue fundamental el uso de estrategias de selección secuencial (Lecompte y Goetz, 1982; Martínez, 2006), que no sólo atendieron a la toma de decisiones metodológicas sino que permitieron la generación de constructos teóricos. El proceso de análisis de la información permitió la formulación de ocho categorías de análisis en diálogo con las dimensiones del proyecto y atendiendo a la información generada por los participantes:
Al realizar el procedimiento de análisis, fue posible establecer tres niveles de lectura para llegar a la consolidación de un modelo que ofrece una mirada global del fenómeno y se puede usar como herramienta práctica para el desarrollo de proyectos en el espacio museal.
El primer nivel de análisis arrojó información significativa en cuanto a cada una de las categorías definidas, a saber: el concepto de tiempo libre es exclusivo del imaginario adulto, y se corresponde con la necesidad de que los niños ocupen espacios entendidos como vacíos en actividades artísticas y deportivas, como antídoto para las problemáticas del contexto.
En segundo lugar, la categoría de las dinámicas de comunicación resulta fundamental, pues pone en evidencia la diversidad que le es inherente a la comunicación humana. La corriente constructivista ha puesto su énfasis en el sujeto, definiendo que los intereses y necesidades constituyen el punto de partida para el diseño de actividades pedagógicas. Estos datos arrojaron luces sobre este punto, en el sentido en que abrieron la puerta para cuestionar la veracidad de aquello que es realmente interesante y necesario para el niño, y se evidenciaron rupturas en los procesos comunicativos que dan cuenta de un desconocimiento generalizado tanto de los visitantes hacia el museo como desde el museo hacia sus potenciales usuarios y que apuntan a la naturaleza diversa de los lenguajes que se emplean en la puesta en contacto.
En tercer lugar, en relación con la categoría ejercicio plástico, se pudo establecer que existe un escenario interesante en cuanto a lo que propone el museo en dos sentidos: uno, como espacio que acoge manifestaciones plásticas, y dos, como espacio que tiene la potencialidad de propiciar la experiencia plástica in situ. Sin embargo, existen pequeñas fracturas en el concepto del museo y las dinámicas de participación como estrategias para atraer públicos específicos, dado que los públicos en general no asocian al museo con un espacio que les posibilita su propia práctica artística.
La cuarta categoría, experiencia significativa y establecimiento de vínculos, permitió evidenciar el interés permanente de los niños por las actividades en las que se involucran, con lo que surge la necesidad de potenciar diálogos en los que los niños se involucren de manera activa generando experiencias significativas. Estos diálogos, bien pueden estar enmarcados en referencias a la cotidianidad que permitan la generación de espacios cómodos para la participación y la generación de experiencias.
La categoría que asocia la identificación y valoración del potencial del museo permitió comprender que para los adultos el museo tiene un carácter estereotipado, mientras que para los niños se ofrece como un lugar fantasioso; de otro lado, la percepción de las profesionales del museo sobre la manera como éste se reconoce y se proyecta, apuntan a una problemática compleja y es la inexistencia de unos lineamientos que orienten el quehacer pedagógico.
En sexto lugar, se establece la necesidad de reconocimiento como un concepto en el que confluyen dos elementos: el primero tiene que ver con cómo los adultos perciben la función de los escenarios de formación artística, y el segundo con la posibilidad expresiva del arte, pero también con la posibilidad de que se den procesos de identificación con la obra artística. Se destaca de las siguientes citas alusiones, el hecho de que el aprendizaje de alguna destreza supone una condición de superioridad tanto para el artista como para el público que lo observa, así como que en estas disciplinas la muestra de resultados es una necesidad fundamental que valida el quehacer, cuando a lo que apunta la información obtenida en esta investigación es que el proceso y la experiencia tienen el mismo o incluso más valor que el resultado. La necesidad de reconocimiento, también implica a los otros agentes que están en comunicación con un sujeto en el mismo espacio. El vínculo que se establece genera una expectativa de aprobación.
La séptima categoría, referente a la creación de hábitos y la continuidad de los procesos, arrojó que existe la necesidad de que el trabajo con la población infantil en el ámbito artístico, tenga una duración en el tiempo que garantice la participación y el involucramiento de los agentes con miras a alcanzar los objetivos planteados. Por último, el análisis sobre la categoría situación de vulnerabilidad permitió entender el fenómeno desde dos líneas: la primera, relacionada con la percepción que tanto los profesionales de los museos como de las casas comunitarias tienen del concepto de vulnerabilidad, asociadas a situaciones típicas de la definición de vulnerabilidad en un contexto específico; y la segunda, que pone en evidencia la situación vulnerable desde los comentario de los padres de familia y los profesores de los niños.
Figura 1. Red semántica de categorías y citas representativas
fuente. Las autoras.
Una vez culminada la primera fase de resultados, se construyó una red semántica Figura1, que reúne las categorías anteriormente descritas con sus hallazgos, en un sistema de conexiones que permite dar cuenta de los puntos de contacto con miras al siguiente paso en la evaluación de resultados, lo que permitió iniciar un proceso de comprensión del fenómeno estudiado, asociando las categorías de acuerdo a la frecuencia de sus apariciones en los documentos trabajados.
En primer lugar, se estableció una relación triangular entre las categorías B, D y E. Se pudo establecer que la experiencia significativa sólo es posible cuando hay una comunicación efectiva; ésta, a su vez, tiene lugar, solo cuando el museo es consciente de su posición con respecto a los agentes que lo integran, y el museo reconoce su razón de ser, sólo si comprende las particularidades del establecimiento de vínculos en la experiencia de los sujetos. Es el caso de las múltiples referencias que se hacen a la inexistencia de lineamientos pedagógicos del museo citada más arriba y a la importancia de tener en cuenta los intereses y necesidades de la población para diseñar actividades pedagógicas que se desarrollen en una interacción significativa, cortando con las barreras que se establecen desde el discurso museográfico, y garantizando así no sólo una mayor participación del colectivo infantil, sino también, que generen un vínculo duradero a partir del potencial que ofrece el espacio museal. La disolución de estas rupturas permitiría, a largo plazo, relativizar el concepto de museo que se encuentra presente en el inconsciente colectivo, asociado a una dimensión mítica y fantasiosa.
En segundo lugar, se asociaron, también en una relación triangular, las categorías A, F y H. Esta reflexión, inicia con la idea de que identificar la necesidad de reconocimiento implica estar en una situación vulnerable, y la manera como se ha tratado de compensar, al menos en el contexto de la educación no formal en Colombia el tema de la vulnerabilidad, es a través de programas para el aprovechamiento del tiempo libre que en su totalidad están formados por talleres y cursos de artes y deportes. Ahora bien, en la medida en que el sujeto accede a procesos de formación en alguna de estas áreas, se inicia una espiral en busca de la obtención de ese anhelado reconocimiento, haciendo que el resultado final se convierta en la razón de ser del ejercicio. Esto conduce a que las pequeñas experiencias significativas del proceso se dejen de lado en la búsqueda por la aprobación del resultado, que se transforma en la búsqueda de aprobación del sujeto como tal; y cuando el sujeto se halla en esa circunstancia de necesitar ser aprobado, nuevamente se ubica en una situación vulnerable.
En tercer lugar, se propuso una relación bidireccional entre las categorías restantes C y G. Resulta interesante cómo estas dos categorías, que parecen ser muy cercanas, tienen pocas coincidencias en el análisis, lo que hace pensar de nuevo en rupturas en la comunicación, en las que los colectivos no asocian el museo con un espacio para el quehacer plástico, puesto que es un lugar en donde se exhibe aquello hecho por un experto y el ejercicio plástico del niño no tiene lugar. Se evidencia un desconocimiento generalizado en cuanto a la idea de que la oferta del museo se ha orientado no sólo a la conservación y difusión de unos valores tradicionales asociados al objeto artístico, sino que su función se ha volcado a la posibilidad de hacer más asequible el patrimonio a un público diverso. Entonces, si ni siquiera los públicos reconocen el museo como un espacio en el que se puede desarrollar un proceso formativo, es mucho menor la posibilidad de que se piense siquiera el concepto de continuidad en el involucramiento con el espacio museal. Al ejercicio plástico se le atribuye el poder de la formación en valores (responsabilidad, orden, constancia, respeto), lo que resulta ser un requerimiento para asumir un compromiso y de esta manera desarrollar un hábito.
El tercer nivel de análisis supone el producto de esta investigación, que surge de la puesta en relación entre las cuatro dimensiones que se plantearon inicialmente y los hallazgos obtenidos en el segundo nivel de análisis. Este producto se ha querido denominar Círculo Comprehensivo ya que sintetiza la interpretación de los resultados de la investigación en un nivel superior, construyendo las bases para un modelo de interrelaciones dinámicas, como puede verse reflejado en la Figura2.
Figura 2. Círculo Comprehensivo.
fuente. Las autoras.
Los sistemas de relaciones entre las categorías anteriormente descritas se evaluaron a la luz de las cuatro dimensiones que se plantearon inicialmente y fueron trasversales a la investigación. Si bien, inicialmente, las cuatro dimensiones que se plantearon fueron claves para el diseño de los instrumentos de recolección de la información, el análisis arrojó que al poner en diálogo estas dimensiones con las categorías decantadas, hubo una que no sólo contenía a las demás sino que también representaba de manera más general la esencia del problema de investigación. De esta manera, la relación con la actividad cultural de la localidad se constituyó como el escenario en el que se desenvuelven todas las dinámicas contempladas en el estudio.
El Círculo Comprehensivo es un sistema de interrelaciones que pone en el centro al sujeto y ofrece la posibilidad de comprender el fenómeno de la participación en el museo desde tres pilares fundamentales, a saber: lo pedagógico, lo social y lo patrimonial. Entonces, en primera instancia, entender la labor educativa no como una mera relación de enseñanza-aprendizaje, sino como el resultado del involucramiento de elementos como los que arroja esta investigación, lleva a establecer que uno de los planos que determinan la actividad cultural de la localidad es de orden pedagógico e implica la relación del sujeto con el conocimiento. En esa línea, para hacer posible que el aprendizaje significativo sea una realidad en el contexto trabajado, la interacción pedagógica necesita garantizar un componente lúdico, como lo demostró el aná- lisis de categorías. Ahora bien, en el plano de lo lúdico, juega un papel fundamental la manera como se establece el lenguaje entre el cuerpo, el movimiento y el espacio, que se postula como el elemento que puede poner en contacto el museo con la comunidad. La labor educativa atiende, entonces, a la vinculación del sujeto con el objeto artístico y la dinámica comunicativa es la que posibilita la construcción de sentido.
En segundo lugar, desde el componente social, se involucran los sistemas de relaciones entre sujetos en un contexto determinado en función del fortalecimiento del tejido social. Los resultados de esta investigación apuntan a las dinámicas de participación como condición fundamental para que la construcción de ese tejido social sea posible. Entonces, la vinculación entre sujetos que se realiza en momentos en los que no media un carácter de obligatoriedad (tiempo libre), pero sí en un ambiente en el que se garantice el reconocimiento de la singularidad de los mismos, posibilita al interior de una dinámica participativa el establecimiento de relaciones horizontales. Finalmente, pensar en el fenómeno de la construcción identitaria implica al sujeto puesto en acción. La relación bidireccional analizada sitúa al hacer, entendido no como una manualidad, sino como reflejo de un compromiso que nace del reconocimiento, como el motor fundamental en la valoración del patrimonio. Lo patrimonial entonces, se convierte en el tercer pilar que soporta la relación con la actividad cultural de la localidad, en la medida en que pone en diálogo el compromiso con ese hacer y la construcción identitaria desde el espacio del museo.
Destacando los principales resultados, se puede decir que las investigaciones sobre la relación del museo con la comunidad en Colombia son bastante recientes, lo que plantea muchos interrogantes sobre la manera de cómo estas instituciones están asumiendo el compromiso de la puesta en diálogo de sus colecciones con sus visitantes, y abre muchísimas puertas para la investigación en este campo. A pesar de la poca literatura que existe en Colombia, se pueden destacar algunos estudios que apuntan a situaciones clave abordadas en la presente investigación, a saber: por un lado, las bajas tasas de asistencia a los museos pueden estar ligadas al hecho de que los mecanismos de divulgación –correo electrónico e internet en su mayoría– (Programa Fortalecimiento de Museos, 2013), resultan ajenos a la comunidad no sólo por falta de cobertura, sino por la naturaleza de los lenguajes que se emplean en el ejercicio comunicativo.
En segundo lugar, en un estudio de Correa y Garzón (2009), se establece que un gran porcentaje de museos en la ciudad de Bogotá, diseña sus actividades de acuerdo a lineamientos de la educación oficial, lo que contrasta de manera significativa con el presente estudio que señala que en los museos de la Manzana Cultural, las actividades se diseñan por una necesidad de divulgación y no en diálogo con los procesos educativos vigentes. En tercer lugar, se destacan asuntos relacionados con la proyección de la imagen de la institución museística; en este aspecto, Díaz (2013), destaca la importancia de que el museo se reconozca y proyecte para generar lazos con la comunidad en beneficio tanto de la institución como de sus visitantes, aspecto que se destaca de los hallazgos del estudio por cuanto se puede establecer que los museos en cuestión no son plenamente identificados por la comunidad vecina y por tanto se desconoce su potencialidad como generadores de experiencias significativas.
CONCLUSIONES
Al proponerse realizar un diagnóstico sobre las razones por las cuales los niños entre los 4 y los 9 años de edad no asisten a las actividades de los museos, a través de un trabajo colaborativo que involucrara tanto a los agentes del museo como a la población cercana a estos espacios, la investigación arroja muchas luces sobre las posibilidades de acción frente a la necesidad de establecer diálogos comprometidos con la comunidad.
Varias son las conclusiones, que pueden extraerse de la investigación, relacionadas con cada uno de los objetivos que se plantearon inicialmente, tanto desde el museo, como desde la comunidad y el propio ejercicio de puesta en diálogo. Como primera medida, en relación a los dos primeros objetivos específicos referidos al conocimiento de las causas del descenso a la asistencia a las actividades de los Museos e identificación de las circunstancias relacionadas con este fenómeno, y con el fin de dinamizar el contacto con la comunidad, es necesario partir de un ejercicio incluyente, que vincule a todos los agentes y genere espacios que exploren las particularidades de cada uno, valorando el sujeto. No se trata simplemente de garantizar una estrategia de divulgación efectiva, sino de la necesidad de comprender el fenómeno en una relación tridimensional indisociable, en donde la labor educativa, la labor comunitaria y el museo como escenario de construcción identitaria, articulan la comprensión de los potenciales vínculos entre los sujetos y el espacio del museo. En este proceso comprensivo fue posible identificar tres circunstancias puntuales relacionadas con las bajas tasas de asistencia. Estas son: a) las características de la población de la localidad, en donde la vida gira en torno a luchar para satisfacer las necesidades básicas conduciendo a un distanciamiento de la actividad cultural en tanto que el tiempo se destina a eso casi de manera exclusiva; b) la institucionalidad, que acoge a la población, que es distinta a la de la Manzana Cultural del Banco de la República, puesto que la primera es de orden distrital mientras que la segunda pertenece a un régimen especial por ser un órgano del Estado con autonomía administrativa; c) el imaginario que la población tiene del espacio museal como un lugar distante y ajeno. En consecuencia, si se conjugan el concepto de animación sociocultural con el paradigma constructivista en educación y los referentes sobre experiencia significativa en los museos a la luz de los planteamientos de la museología crítica, se concluye que estos tres elementos permitieron ampliar el horizonte de posibilidades para evaluar el fenómeno investigado aportando elementos que enriquecieron la lectura de los datos obtenidos. En conclusión, si bien el museo no puede solventar en su totalidad el tema de la situación de vulnerabilidad, las experiencias significativas que pueden tener lugar en el museo, pueden hacer que la población empiece a considerar la necesidad de conocimiento como fundamental para su desarrollo. Paralelamente, el museo tiene una tarea pendiente que consiste en la creación de redes con instituciones distritales para lograr un impacto efectivo en la comunidad.
De otro lado, y teniendo como referencia el tercer objetivo específico referido a la consolidación de estrategias cualitativas de trabajo colaborativo, fue posible establecer que desde el museo existen grandes vacíos en la manera como se asume el compromiso con la comunidad a nivel de comunicación, de la identificación del museo, de la proyección de las actividades, de los lineamientos pedagógicos, en la comprensión del fenómeno educativo y en el componente museográfico. Resulta fundamental crear dinámicas comunicativas horizontales desde unos lineamientos pedagógicos coherentes con los postulados de la museología crítica, en los que por ejemplo se establezca la lúdica como fin en sí mismo, y teniendo en cuenta tanto las particularidades del contexto como la potencialidad del museo como generador de experiencias significativas. Esta relación horizontal debe a su vez estar enmarcada en la consolidación de estrategias que permitan la interlocución desde la creación de lenguajes comunes, así como en la puesta en contacto con instituciones que sirvan como intermediarias y ofrezcan una garantía de participación.
Finalmente, el Círculo Comprehensivo, como producto creativo de esta investigación, se postula como un instrumento para la comprensión global del fenómeno que puede apoyar las labores de creación de programas de participación en los museos estudiados. La flexibilidad de su planteamiento posibilita la generación de relaciones en diferentes vías, con miras a la consolidación de didácticas puntuales, y su fuerza se centra en la importancia que se da al sujeto y la legitimación de las vivencias personales como punto de partida para la acción participativa.
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