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CARACTERIZACIÓN DEL DOCENTE DESDE LA MIRADA ESTUDIANTIL[1]
Natalia Fernanda Delgado-Achicanoy[2]
Universidad de Nariño. Colombia
Deisy Lorena Imbajoa-Díaz[3]
Universidad de Nariño. Colombia
Oscar
Eduardo Mueses- Llanos[4]
Universidad
de Nariño. Colombia
Recibido: noviembre 6 de 2017/Revisado: marzo 13 de 2018 / Aceptado: /mayo 20 de 2018
Resumen: El artículo presenta los resultados relacionados con la caracterización de la identidad profesional docente según las concepciones de licenciados en formación. El estudio fue de tipo cualitativo con un enfoque etnográfico, desarrollado con estudiantes de licenciatura de una universidad pública de la Ciudad de Pasto. Las respuestas obtenidas surgieron de la triangulación de los testimonios presentados por los futuros licenciados, en tres momentos: entrevistas semi- estructuradas con la participación de 29 estudiantes -13 mujeres y 16 hombres-; 10 narraciones autobiográficas desarrolladas por 3 mujeres y 7 hombres; y grupo focal con la intervención voluntaria de 8 personas -6 mujeres y 2 hombres-. Con relación a la caracterización del educador, se plantearon tres perspectivas diferentes que permitieron un acercamiento a la identidad del mismo, tales como: ejercicio en el aula, trato con los estudiantes y preparación académica permanente; esto, en su conjunto, conforma uno de los elementos más relevantes en la identidad del profesorado. Cabe señalar que cada aporte realizado por los licenciados en formación acerca de las características del docente, permite ampliar la mirada hacia aquellas unidades de sentido que contribuyen en la construcción de la identidad del educador y, así mismo, son prioritarias para la reflexión tanto de licenciados en formación sobre su futuro ejercer profesional como para profesores en ejercicio.
Palabras clave: Características del docente, ejercicio en el aula, identidad docente, (Tesauro); concepciones estudiantiles, preparación académica, trato con estudiantes (Palabras clave del autor).
Characterization of the teacher from the student's look
Abstract: The article presents the results related to the characterization of the teaching professional identity according to the conceptions of graduates in training. The study was of a qualitative type with an ethnographic focus, developed with undergraduate students from a public university in the City of Pasto. The answers obtained arose from the triangulation of the testimonies presented by the future graduates, in three moments: semi-structured interviews with the participation of 29 students -13 women and 16 men-; 10 autobiographical narrations developed by 3 women and 7 men; and a focus group with the voluntary intervention of 8 people -6 women and 2 men-. Regarding the characterization of the educator, three different perspectives were proposed that allowed an approach to the identity of the same, such as: exercise in the classroom, dealing with students and permanent academic preparation; this, as a whole, constitutes one of the most relevant elements in the identity of the teaching staff. It should be noted that each contribution made by graduates in training about the characteristics of the teacher, allows us to expand the view towards those units of meaning that contribute to the construction of the educator's identity and, likewise, are priorities for the reflection of both graduates in training about their future professional practice as well as for practicing teachers.
Key-words: Characteristics of the teacher, exercise in the classroom, teaching identity (Thesaurus); student conceptions, academic preparation, dealing with students (Author’s Keywords).
Caracterização do docente desde a visão estudiantil
Resumo: O artigo apresenta os resultados relacionados à caracterização da identidade profissional docente segundo as concepções dos licenciados em formação. O estudo foi do tipo qualitativo com enfoque etnográfico, desenvolvido com alunos de graduação em licenciatura de uma universidade pública da Cidade de Pasto. As respostas obtidas surgiram da triangulação dos testemunhos apresentados pelos futuros licenciados, em três momentos: entrevistas semiestruturadas com a participação de 29 alunos - 13 mulheres e 16 homens -; 10 narrações autobiográficas desenvolvidas por 3 mulheres e 7 homens; e um grupo focal com a intervenção voluntária de 8 pessoas - 6 mulheres e 2 homens -. Quanto à caracterização do educador, foram propostas três diferentes perspectivas que permitiram uma aproximação à identidade das mesmas, tais como: exercício em sala de aula, relação com os alunos e preparo acadêmico permanente; isto, como um todo, constitui um dos elementos mais relevantes na identidade do corpo docente. Cabe ressaltar que cada contribuição feita pelos licenciados em formação sobre as características do docente permite ampliar a visão sobre aquelas unidades de sentido que contribuem para a construção da identidade do educador e, assim mesmo, são prioridades para a reflexão tanto de licenciados em formação sobre sua futura prática profissional, bem como para professores em prática.
Palavras-chave: Características do professor, exercício em sala de aula, identidade docente, (Tesauro); concepções dos alunos, preparação acadêmica, relação com os alunos (Palavras- chave do autor).
INTRODUCCIÓN
Para el docente colombiano Henry Alberto Berrio “Soy quien soy por mis maestros y fueron mis profesores, entre otras personas, los que con su exigencia y amor por enseñar han hecho de mí lo que soy: un maestro” (2007, p. 1); en este sentido, en el artículo se expone la visión general del docente de hoy, la cual está enmarcada en una variada gama de características que surgen de los estudiantes de licenciatura y apuntan hacia un modelo académico. Circunstancias que determinan y reiteran al profesor como fuente de inspiración de la labor educativa de identidad profesional docente, a través de sus experiencias a lo largo de su formación.
El texto es el resultado de un trabajo más amplio que se desarrolló en la Universidad de Nariño, Institución de carácter oficial de la ciudad de San Juan de Pasto, con licenciados en formación del área de artística, ciencias exactas y naturales y ciencias humanas. El estudio partió de las valoraciones personales y académicas de los estudiantes de licenciatura, permitiendo de este modo conocer las fortalezas y debilidades del futuro profesor enmarcadas en las características del profesional de la docencia. Cabe resaltar que la información recolectada a través de las experiencias adquiridas a lo largo de su vida escolar, sirvió como material de andamiaje para ir definiendo aspectos de vital importancia dentro de la docencia y, a su vez, se evidenciaron los rasgos personales que los futuros licenciados pretenden dar forma en su ejercicio profesional.
Así, la investigación emergió a raíz de la experiencia estudiantil sobre la identidad del docente desde una perspectiva tradicional y, a la vez, dentro de un marco que plantea cambios en su labor como agente innovador. En este sentido, el artículo desarrolla el primer objetivo específico relacionado con la caracterización de la identidad profesional docente según las concepciones de licenciados en formación.
En su experiencia académica, aquellos que hoy se forman como licenciados, han conocido diferentes formas de ser profesor, diversas personalidades, estilos de enseñanza, diferencias en la relación con los estudiantes, entre otros aspectos, y se han convertido en referentes de caracterización hacia lo que es el ser maestro, al mostrar que no son homogéneos en su ejercicio, dado que posiblemente algunos fueron de tipo tradicionalista y otros del nuevo docente. Es así, que el artículo pretende fijar la mirada en las cualidades de los licenciados como uno de los sentidos que conforman su identidad profesional, puesto que es de gran importancia conocer cómo el docente es visto y asumido; situación que se propicia como punto de partida para realizar posibles innovaciones educativas, encaminadas a la formación del profesorado.
Antecedentes
Para la orientación del trabajo, se hizo una revisión de estudios tanto internacionales como uno de corte nacional; éstos muestran las debilidades, las reflexiones y las propuestas de mejoramiento en la construcción de la identidad docente. En la investigación de Torres & Charris (2016), se caracteriza a la identidad profesional a través del análisis de las dinámicas de reconocimiento de los educadores especiales y pedagogos infantiles de la Corporación Universitaria Iberoamericana. Seguidamente se acogió la investigación de Ojeda (2008): Rasgos de la identidad del profesor de enseñanza media en su trayectoria de formación y desempeños profesionales; y, posteriormente, se consultó a Alfageme, Díaz & Serrano (2013), quienes indagaron sobre la identidad profesional de los docentes en formación de ciencias sociales. En estos trabajos se reconocen las características y las debilidades tanto en las etapas de formación pedagógica como dentro del ejercicio profesional frente a la identidad profesoral, razones por las cuales sugirieron fortalecer al individuo en el campo humano y académico para mejorar la asertividad en sus actuaciones, los métodos de enseñanza y la imagen social del profesorado.
Del mismo modo, el estudio de Rosales (2011), con las características de maestros y profesores de educación primaria y secundaria a través de relatos realizados por sus ex-alumnos en la Universidad de Santiago de Compostela, España, y el correspondiente a Pereira (2010), con la mirada de estudiantes de la Universidad Nacional hacia el docente y la docente: sus características y clima de aula destacaron las características personales frente a las de tipo profesional y psicopedagógicas, dado que enaltecieron las actividades de interacción y participación vivencial entre docentes y estudiantes dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje en pro de una formación efectiva e integral. Además, propusieron el desarrollo de pensamiento complejo, integración teoría y práctica, diversidad de métodos de enseñanza y elementos socioemocionales.
Por otro lado, se orientó el concepto de sentido a cada una de las interpretaciones que se pueden admitir acerca de los diferentes marcos de referencia y núcleos de significación, con el fin de designar alguna tendencia o dirección que sigue la identidad profesional docente; a partir de los esquemas de referencia de los licenciados en formación, se destacaron varios sentidos que la conforman. Entre éstos se encuentran las características que los identifica y, así mismo, que los diferencia de los demás profesionales. Etimológicamente, el término característica proviene del francés caractéristique, y éste, del griego charaktēristikós. Este concepto se deriva de la palabra carácter, que en su conjunto refiere a la señal o rasgo que distingue a alguien de sus semejantes (Echegaray, 1887; Real Academia Española, 2014). En este sentido, las características del profesor involucran las emociones y los sentimientos que van más allá de lo referido al perfil profesional docente, y que se enfocan en las capacidades del maestro para responder a los procesos educativos, y no debe concebirse independiente del contexto en el cual se forma y le permite marcar su diferencia ante los demás (Pereira, 2010; Salazar, 2006).
Para Figueroa, Guzmán, Luzoro, Molina & Ríos (2011), las características del docente ideal, se refieren a:
Los atributos personales y profesionales que el docente dice poseer, y que tanto estudiantes como padres y apoderados le reportan… pues es a través de la observación de las prácticas docentes que se hace posible distinguir las variables regulares que conformarían esta figura del “profesor ideal” (pp. 1018-1019).
En el campo educativo, varios autores señalan ciertas cualidades que demuestra un docente a través de su quehacer profesional. De acuerdo con el estudio realizado por Walker (2013), las características describen cualidades personales especiales que tienen los maestros, y se considera que gracias a éstas se obtuvo éxito en la profesión. En esta instancia, a las características que favorecen los procesos educativos y comunicativos con los estudiantes, se las relaciona con el denominado docente efectivo, que para Dyer & Roberts (2004, p.1), es aquel que tiene conocimiento del área a enseñar; planifica de forma adecuada las lecciones de clase; da a conocer a sus estudiantes su preocupación e interés por el éxito académico; se involucra en el proceso de aprendizaje de sus estudiantes a través de cuestionamientos, debates y proporciona variedad de ejemplos; establece reglas simples y consistentes; permite pocas distracciones e interrupciones para así minimizar el tiempo perdido; monitorea el comportamiento de los estudiantes; se mantiene en movimiento hacia diferentes lugares del aula; y mantiene una comunicación clara al momento de dar indicaciones.
Además de los rasgos ya mencionados sobre el profesor efectivo, Young (2012) tuvo en cuenta algunos de ellos y los distinguió a través de los siguientes aspectos: la capacidad de proyectar y llevar a cabo las actividades; dirigir lecciones con amplia variedad de métodos que resulten interesantes para el estudiante; realizar un seguimiento al proceso de aprendizaje y, de igual manera, al comportamiento de los alumnos, y establecer una cordial relación tanto con sus estudiantes como con sus colegas.
Para Stronge (2007), una amplia gama de estudios aborda el comportamiento del profesor, que puede ser positivo o negativo, y al igual que los otros autores, concuerda en que de éstos depende en gran medida el rendimiento y la efectividad del estudiante. Las principales características que retoma el autor, son: lado humano del docente; administración y estructuración del aula de clase; establecer y guiar la formación; seguimiento del proceso y del estudiante, y cualificación del docente. Desde el quehacer docente, éstas pueden estar conformadas por aspectos que favorecen o no su labor.
En consecuencia, se ha llegado a un punto de encuentro en el que existen varios aspectos de la calidad del profesor que no son medidos por la experiencia, ni por las calificaciones, ni por las habilidades académicas, sino que van más allá de lo estipulado; entre estos, están: la capacidad de transmitir ideas de forma clara y convincente, crear ambientes de aprendizaje eficaces para diferentes tipos de estudiantes, fomentar la relación docente-estudiante, ser entusiasta y creativo, y trabajar eficazmente con padres de familia y colegas (Organization for Economic Co-operation and Development, 2005, pp. 2-10).
Por su parte, Salazar (2006) propone una caracterización del excelente docente o también catalogado como mejor docente a través de unas dimensiones que ratifican la excelencia, éstas son:
· Dimensión personal: se asocia con la relación que estable el profesor con sus alumnos, en la que se encuentran inmersos explícitamente el entusiasmo y la motivación, e implícitamente los valores, creencias y teorías (paradigmas) que enmarcan la comunicación y la aceptación hacia los demás. En torno a esto, la autora menciona las siguientes características: interacción docente-estudiante; valores asociados a la interacción; desarrollo del aprendizaje en los estudiantes, y la disposición hacia el ejercicio docente.
· Dimensión disciplinar: esta dimensión concierne a la cualificación docente en la que se debe dominar el contenido disciplinar. En esta instancia, las características sobresalientes son: reconocer los inconvenientes epistemológicos que pueden presentar los estudiantes para la respectiva toma de decisiones; posibilidad de involucrar a los estudiantes en discusiones significativas, y el dominio del conocimiento o apropiación de saberes.
· Dimensión pedagógica: constituye acciones que permiten la calidad educativa tanto en la parte académica como en valores. En esta dimensión se toma como aspecto principal la efectividad docente que se caracteriza por la organización y claridad de contenidos.
Adicionalmente, en el campo educativo colombiano se han estipulado unos Lineamientos de calidad para los licenciados en educación del Ministerio de Educación Nacional (2014), en los que se mencionan las cualidades de un educador de la siguiente manera:
Saber qué es lo que se enseña, cómo se procesa y para qué se enseña; saber enseñar la disciplina; saber cómo aprenden los alumnos y establecer las diferencias que afectan los aprendizajes; saber organizar y desarrollar ambientes de aprendizaje; saber monitorear y evaluar el progreso del estudiante; saber proponer, desarrollar y evaluar proyectos educativos; saber articular su práctica pedagógica a los contextos; saber trabajar en equipo, estar comprometido con los logros de aprendizaje de sus estudiantes; saber emplear apoyos tecnológicos para potenciar los procesos de aprendizaje; estar comprometido con la autoevaluación y el mejoramiento continuo personal e institucional (p. 6).
Lineamientos que se sintetizan en las siguientes características: definición de metas u objetivos para los estudiantes; cualificación respecto a su área de desempeño; planificación de su quehacer; buena relación de respeto y aceptación con los estudiantes; sensibilidad y comprensión frente a las actitudes de los estudiantes; creación de ambiente atractivo y favorable en el aula de clase; facilidad para crear un ambiente en el aula en el que se interactúe con los estudiantes y se los involucre en el aprendizaje; comprensión del contexto, y buena comunicación con los padres de familia (Resolución 15683, Ministerio de Educación Nacional, 2016).
En efecto, los diferentes estudios han puesto de presente la importancia de las características docentes en el proceso educativo de los estudiantes.
METODOLOGÍA
El estudio fue de carácter cualitativo con un método etnográfico -cabe mencionar que se empleó un acompañamiento cuantitativo solamente para clarificar y especificar la información recolectada; no en vano, el uso de algunos estudios estadísticos con el propósito de esclarecer la información interpretada y obtenida dentro de estudios cualitativos, sirve como medio de apoyo para algunas investigaciones (Corbetta, 2007). Del mismo modo, la importancia del método etnográfico se fundamenta en la interacción entre el investigador y el investigado al tener en cuenta las experiencias vividas, los comportamientos, las emociones y los sentimientos hacia el ejercicio docente: “La etnografía siempre está orientada por el concepto de cultura y tiende de manera generalizada a desarrollar conceptos y a comprender las acciones humanas desde un punto de vista interno” (Sandoval, 2002, p. 61). Para Baptista, Fernández & Hernández (2014), implica la descripción e interpretación profunda sobre las ideas, creencias, significados, conocimientos y prácticas que se desarrollan dentro de los contextos.
La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Nariño; esta cuenta con diferentes facultades con sus respectivos programas académicos de pregrado, entre ellos diez licenciaturas. En la Facultad de Ciencias exactas y naturales se encuentran las Licenciaturas de Informática y Matemáticas; la Facultad de Artes tiene las Licenciaturas en Música y Artes visuales; la Facultad de Ciencias humanas posee cuatro licenciaturas: Inglés y francés, Educación básica con énfasis en humanidades lengua castellana e inglés, Filosofía y letras y Ciencias sociales; la Facultad de Educación tiene la Licenciatura en Lengua castellana y literatura y la Licenciatura en Educación básica con énfasis en ciencias naturales y educación ambiental. El estudio se realizó con seis licenciaturas, dos programas por cada una de las tres primeras facultades mencionadas. Se resalta que la Facultad de Educación no fue tomada en cuenta puesto que en ella se está desarrollando una investigación similar a la trabajada.
Para precisar la población con la cual se desarrolló la investigación, se empleó el tipo de muestreo de voluntarios que, para los autores citados, es utilizado usualmente en las ciencias sociales y ciencias de la conducta, su característica está fundamentada en la participación voluntaria de los sujetos que llegan a manos del investigador de manera casual y por iniciativa propia.
En el caso particular, se convocó a estudiantes de las Licenciaturas en Artes visuales, Ciencias sociales y Matemáticas, de los semestres VII y IX con ingreso en el primer periodo del año; igualmente, se contó con la participación de las Licenciaturas en Música, Filosofía y letras e Informática de los semestres VI y VIII con ingreso en el segundo periodo del año, quienes voluntariamente quisieron participar en esta investigación durante los semestres A y B de 2017.
Además se utilizaron tres técnicas para la recolección de la información, como fueron: la entrevista semiestructurada, puesto que si bien se manejó un guion de referencia, éste pudo cambiarse gracias a su grado de flexibilidad y adaptabilidad en diferentes contextos; la narración autobiográfica hizo referencia a una reconstrucción de hechos de manera retrospectiva, de modo que se evidenció las experiencias personales de cada individuo, y permitió al investigador identificar información valiosa y recurrente para los objetivos de estudio; y la técnica de grupo focal, que partió de la participación activa y las discusiones grupales que enriquecieron la investigación y posibilitaron el desarrollo de acuerdos a raíz de variadas posiciones ante el tema planteado, así como también la profundización y el mejoramiento de la comprensión del fenómeno de estudio.
Cabe resaltar, que el número de participantes en la aplicación de los diferentes instrumentos de investigación, varió para cada uno. En la entrevista semiestructurada participaron 29 estudiantes, 13 mujeres (45 %) y 16 hombres (55%). Se contó con 10 licenciados en formación, 3 mujeres (33%) y 7 hombres (70%), quienes aportaron sus narraciones autobiográficas. Los anteriores pasos fueron desarrollados durante el semestre A-2017. Finalmente, en el periodo B-2017, se llevó a cabo la técnica de grupo focal con la participación de 7 personas, representado por 6 mujeres (75%) y 2 hombres (25%).
La información recolectada se analizó en torno a la caracterización del docente de manera cualitativa, para buscar marcos de referencia sobre la misma. Se procedió al agrupamiento de información en función de las diferentes unidades de sentido que surgieron a partir de la lectura de cada una de las respuestas dadas.
Seguidamente, se realizó una triangulación de datos, la cual consistió en la revisión y comparación de la información obtenida a través de los tres instrumentos de recolección; esta situación posibilitó la corroboración de opiniones, lo que permitió que se construyera una visión amplia de las características del educador, como componente esencial de la identidad docente. Es pertinente mencionar que los diferentes cometarios se distinguen por una codificación propia de la investigación, dada por las iniciales de las licenciaturas y de los nombres de los estudiantes en formación, seguida por la del semestre en curso.
En términos generales, los estudiantes al caracterizar al maestro, identificaron tres perspectivas: el oficio en el aula, el docente como persona y el valor del conocimiento. Si bien las observaciones manifestadas por estudiantes no resultaron extensas, se puede apreciar que son puntuales y relevantes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Caracterización del docente
De acuerdo con la información recolectada, las opiniones de los estudiantes se organizaron en tres perspectivas[5], éstas fueron: el ejercicio en el aula, el trato con los estudiantes y la preparación académica permanente, para poder hacer una conceptualización de la caracterización del docente.
Ejercicio en el aula
Los licenciados en formación priorizaron diferentes rasgos del deber ser del docente, en los que se destacan los siguientes: interés por el aprendizaje, metodología pertinente en el aula, exigencia, fomentar el estudio, estrategias didácticas oportunas, influencia en el desarrollo de estudiantes, creatividad, transformación del entorno, responsabilidad, planeación del contenido y claridad.
En esta perspectiva, se encontró que 18 de los estudiantes (51%) destacaron la forma en que los profesores se desempeñan dentro del aula, a través del concepto: interés por el aprendizaje en los estudiantes, es decir, las habilidades hacia el desarrollo de un aprendizaje dinámico e interactivo en clase por parte de sus docentes, como lo muestra el siguiente testimonio: “He visto profesores que les interesa más que todo que el estudiante tenga un buen proceso sin importar la nota, me interesa que aprenda esto, así me demore lo que tenga que demorarme, pero que aprenda” (MUGB.06, 2017).
Correspondiente al segundo aspecto más recurrente en esta perspectiva, la metodología pertinente en el aula, fue valorada por 14 estudiantes de licenciatura (40%), la cual está conformada por aquellos métodos de enseñanza que se implementan con el fin de dar a conocer un contenido previsto: “Ver formas diferentes de llegarle a los muchachos, no siempre con lo mismo, sólo con clases magistrales sino siempre ver diferentes maneras de dar las clases" (CSAV.09, 2017).
La exigencia como un requerimiento por parte del docente hacia el esfuerzo de los estudiantes, mencionada por nueve estudiantes (26%): “El docente puede ser muy amigable y todo con los estudiantes, pero igual tiene que exigirles para que ellos respondan a las clases” (MANC.09, 2017).
Las observaciones de ocho estudiantes (23%), hacen referencia a fomentar el estudio como un rasgo que influye positivamente en sus estudiantes pueden percibir comportamientos y actitudes relacionadas al crecimiento como persona y al desarrollo de la capacidad crítica en el proceso de aprendizaje (Chiara, 2014); en este sentido, se tiene el siguiente testimonio: “Lo que si haría como docente es apoyar al estudiante a que siga adelante… fomentar el estudio y las ganas de querer estudiar… darle las herramientas al estudiante para que él pueda salir adelante y pasar la materia” (ARMA.09, 2017).
Con el mismo porcentaje, se presentaron las estrategias didácticas oportunas, las cuales le permiten al docente realizar un buen proceso de enseñanza: “tener estrategias para innovar y poder aportar de manera creativa y así hacer varias cosas” (INHA.10, 2017).
Se ubica con un 20% la participación de siete estudiantes para quienes el ideal docente es aquel que incentiva positivamente su formación e influye en el desarrollo de los estudiantes: “Ser un profesor es influir mucho en otras personas para que ellos cambien su perspectiva de vida” (INMP.08, 2017).
Otros aportes importantes que se reconocieron, fueron: la creatividad como la capacidad para producir cosas nuevas y valiosas en pro de transformar el mundo que lo rodea (Rodríguez, 1998), fue expresada por cinco estudiantes (14%); la transformación del entorno, con igual porcentaje, es apreciada como la capacidad que tiene el maestro de ser un líder, quien, a través de su palabra, propicia la formación de seres críticos y autónomos; la responsabilidad, mencionada por cuatro participantes (11%), no se reduce únicamente a la obligación de asumir consecuencias de los propios actos sino de aquellos que competen a los demás y, a partir eso, reflexionar sobre lo que se dice y lo que se hace, para, con esa experiencia, formar conocimientos, habilidades y destrezas en los estudiantes (Mercado, 2004). En cuanto a creatividad, se tiene el siguiente testimonio:
Me parece que la creación de ideas y el cultivar esas ideas debe ser de una manera mucho más libre sin encerrarse tanto en paradigmas o en cuadros, sino que todo sea un poco más fluido, me gusta mucho el hecho de crear a partir del accidente y de la espontaneidad. (ARJO.07, 2017)
Respecto a transformar el entorno, se tiene el siguiente testimonio:
Ser docente es intentar transformar la sociedad poco a poco es intentar que las nuevas generaciones, intentar cambiar esas nuevas generaciones y brindar un cambio a ese mundo totalmente desarticulado en el cual estamos es como intentar transformar la sociedad a través de pequeñas acciones (CSAV.09, 2017).
En cuanto a responsabilidad, se tiene el siguiente testimonio:
Un profe tiene que ser, la primera muy responsable. Tenemos a cargo en mi caso eran 48 personitas, pero son 48 mundos, entonces es una gran responsabilidad no sólo con ellos sino también una gran responsabilidad social, el profe, aunque en ese país no tenga la importancia que debería tener para los chicos en ese contexto educativo, el profe lo es todo (CSGM.10, 2017).
En menor porcentaje que las características mencionadas, tres participantes (8%) destacaron la planeación del contenido como instrumento metodológico que le permite al docente dar su clase de forma organizada y clara ante sus estudiantes: “Debe saber de qué está hablando no puede llegar nada más así por decirlo, así debe saber planear qué va hacer en sus clases, porque improvisar tampoco es bueno” (MAMD.07, 2017). Igualmente, se encontró la característica claridad, que permite a los estudiantes comprender la relación entre el tema enseñado y sus experiencias cotidianas (Borich, 2014), con un 6%, bajo la opinión de dos personas:
La manera como el profe enseñaba era interesante, era muy clara y era muy precisa. Más que todo hay que reforzar, no siempre es dar la clase y terminarla, la clase siempre ha sido como el lugar más tensionante, donde siempre habrá dudas; entonces, la idea es quitar esas tensiones y darlas a resolver (MUCC.06, 2017).
En consecuencia, las respuestas dadas por los estudiantes en los tres momentos de recolección de información, otorgaron un lugar predominante a la característica de interés por el aprendizaje, seguida por metodología y exigencia.
Sin embargo, los estudiantes dieron a conocer algunas particularidades del rol docente a no imitar, las cuales influyen de manera negativa en la construcción de la identidad profesional docente, entre ellas: desinterés por el aprendizaje, tradicionalismo, mal uso de la metodología, ausencia de planeación e intransigencia.
El desinterés por el aprendizaje es el resultado de diferentes situaciones que van desde la falta de satisfacción por su rol profesional hasta aspectos que involucran el desarrollo del estudiante y su formación académica. Esto se evidenció a través de las opiniones de ocho personas (23%): “Hay profesores que llegan, dictan la clase y si aprendió bien y si no ¡no! Allá vera como se defiende” (MUGB.06, 2017).
Las apreciaciones del tradicionalismo estuvieron dadas por el mismo número de participantes (23%), como un aspecto a no imitar ya que a pesar de que existen diferentes corrientes que proponen diversas formas de enseñar, los métodos no se han renovado.
El mal uso de la metodología se percibió en los comentarios de seis personas (17%). Si el educador emplea una metodología de enseñanza que sea óptima en su teoría pero inadecuada en su aplicación, limitará al estudiante no sólo en la adquisición de nuevos saberes sino también en su entusiasmo y gusto por el área de estudio, como se observa a continuación: “Hay docentes que llegan a calentar puesto… no se preocupan por motivar al estudiante sino a transmitir todo o sólo escribir en la pizarra y a escribir normal y que utilicen diferentes medios para transmitir lo mismo, es tedioso” (INDN.06, 2017).
Por su parte, tres estudiantes (8%) reconocieron que cuando hay ausencia de planeación, esto tiende a dejar de lado a los objetivos propuestos y se evidencia la falta de compromiso que el docente tiene no sólo con su rol profesional sino con sus estudiantes: “Hay otro ejemplo en el que se nota que no prepara clase, se nota que llega a ver lo que se le ocurre, lo que se acuerda” (INJB.06, 2017).
En ocasiones, los docentes toman una actitud que impone intransigencia no solamente en el saber sino también en el desarrollo de sus asignaturas a través de la normatividad y las reglas frente a su clase, en lugar de tomar una actitud enfocada hacia la motivación o exposición del contenido de la asignatura. Esto fue señalado por dos personas (6%): “Hay docentes que son intransigentes, eso quiere decir que dejan los trabajos y no van a decir bueno estos estudiantes tienen estas dificultades” (CSMC.09, 2017).
En relación a esta perspectiva, las opiniones estudiantiles identificaron los siguientes atributos como necesarios en todo profesor: lado humano, receptividad, eticidad, vocación, interacción docente-estudiante, dinamismo, amigabilidad, ser ejemplo y respeto.
La característica lado humano se refleja en los comentarios de 10 licenciados en formación (29%), que la definieron como un aspecto primordial en el docente, puesto que consideraron que esta debe tomarse en cuenta en el proceso de enseñanza; en concordancia, para Contreras (2010), el docente no puede desprender la docencia de su propia humanidad, por lo cual el profesional de la docencia es un ser con cualidades, características y dificultades, que se manifiestan y son perceptibles por los estudiantes día a día. Al respecto, se tiene el siguiente testimonio:
Además, se puede apreciar que seis de los licenciados en formación (17%) hicieron referencia a la receptividad como aquella característica que permite al docente tomar observaciones positivas o negativas y aceptar comentarios, sugerencias e ideas que favorezcan al proceso formativo:
Con igual porcentaje se encuentra la eticidad, que no sólo debe ser asumida como normas que rigen la conducta de quien ejerce la profesión, sino que también conlleva un compromiso que el docente tiene consigo mismo y con sus estudiantes. El maestro debe ser consciente de su práctica, su conocimiento, su moral y la disposición que tiene con ellos al momento de formarlos integralmente (Rojas, 2011), como se muestra a continuación: “La importancia de una buena ética y un buen trabajo del mismo para el desarrollo de las nuevas generaciones, es imprescindible en un buen profesor” (MUSR.08, 2017).
Al considerar que la vocación docente se construye de forma permanente e implica que el individuo conozca sus intereses y tenga claridad en su proyecto de vida, las apreciaciones estudiantiles de cinco licenciados (14%) se enfocaron hacia ella, así:
También ser un docente profesional y tener la vocación siempre y que es un reto difícil mantenerla toda la vida profesional de uno desde el inicio, porque a veces, da la casualidad, de que se inicia con la vocación bien alta y al pasar de los años como que la va perdiendo; entonces, tener ese amor por la profesión todo el tiempo diría yo que es la clave [sic] (CSMC.09, 2017).
La interacción docente-estudiante se conforma a partir de los rasgos personales que hacen parte de la identidad profesional del docente, dando paso a la cercanía o lejanía en la relación (Covarrubias & Piña, 2004). Esta se presentó en la intervención de cuatro participantes (11%): “Dejar atrás esa relación vertical de docente y estudiante, crear una relación horizontal de diálogo” (CSAV.09, 2017).
Se reitera el grado porcentual y la cantidad de estudiantes en la característica dinamismo, en complemento a la interacción docente-estudiante, los licenciados en formación destacan la importancia de un docente dinámico que promueva en ellos la atención y la motivación en su clase:
Para mí un buen profesor es el que siempre está de ánimo, sé que es difícil, pero es que la energía se paga. Entonces, sí no está de buen ánimo los estudiantes lo van a sentir y no se van a sentir bien, van a sentir ese mal gusto que uno tiene en llegar a un salón de clase; entonces, para mí algo muy importante es que tenga buen ánimo (MAMD.07, 2017).
Con un 8%, las intervenciones de tres licenciados en formación, reflejaron los siguientes aspectos: amigabilidad, definida esta como la relación tanto afectiva como efectiva, puesto que implica el apoyo del docente en el desarrollo del niño a través de la confianza, el juego y la solidaridad (Luque, D. & Luque, M., 2015); al respecto se tiene el siguiente testimonio: “Sí adentro en el aula ejercía la autoridad afuera lo podías encontrar como ese amigo que tanto le hacía falta” (CSGM.09, 2017).
Así mismo, para el ser ejemplo, se tiene: “El profesor tiene esa tarea de reflejar hacia los demás esa capacidad para saber, para conocer, para que sea como ese molde de orientación, donde para el estudiante exista una restauración de la mente” (FLAB.08, 2017).
Rojas (2011), respecto a ser ejemplo, dice lo siguiente:
El y la docente en el ejercicio de su práctica se convierten en modelo para los y las discentes, para sus colegas y para el cuerpo institucional del sitio en que labora… No se es un profesional sólo por lo que se hace o dice, sino por la integralidad e integridad manifiesta que pone en juego la personalidad completa de quien ejerce esta digna profesión (p. 4).
Aunque en menor porcentaje que en los rasgos anteriores, es interesante destacar los comentarios de dos estudiantes (6%) acerca del respeto; según Ardila (2005) “El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona” (p. 89). Uno de los entrevistados, al respecto, comenta lo siguiente: “Yo creo que uno cuando ya es docente o ya está profesionalmente en la docencia, debería primero empezar por eso, en respetar a los demás docentes y respetar sus temáticas” (MUJC.06, 2017).
En esta perspectiva, se valora los procesos de enseñanza aprendizaje desde una visión humana, al encontrar que desde la mirada estudiantil, en los tres momentos de recolección de información, los participantes exaltaron las características: lado humano, receptividad y eticidad.
No obstante, en esta perspectiva, siete licenciados en formación (20%) mencionaron el maltrato físico y verbal como una particularidad negativa en la relación existente entre maestros y estudiantes en el aula de clase: “Otro profesor que era más grave, aunque acosaba a las compañeras en reiteradas ocasiones, pues, yo digo que el docente debe ser cercano al estudiante, pero hay grados en que no es cercanía, sino que es abuso” (CSMC.09, 2017).
Preparación académica permanente
Esta perspectiva se relaciona con la formación académica de los docentes y su preparación en el área de estudio. De esta manera, la cualificación docente se presentó con un 26%, bajo las opiniones de nueve personas; una de ellas argumentó lo siguiente: “El docente tiene que ser alguien supremamente versado en lo que está haciendo y que tenga un conocimiento muy fuerte en el área que está manejando” (CSAV.09, 2017).
Si bien hay docentes que se preparan para ejercer su labor, hay otros maestros que, según los comentarios de tres estudiantes (8%), se caracterizan por el desinterés hacia la cualificación y preparación docente. Cuando un docente no cuenta con la cualificación adecuada o deja de capacitarse, impide que evolucione en el mejoramiento de sus capacidades y tiene un efecto irreversible sobre la calidad de la educación:
Pero hay muchos docentes que son ingenieros que son biólogos y no lo desamerito [sic], sino que uno ha pasado cinco años preparándose para ser licenciado y ellos van a entrar teniendo bases de conocimiento, sí total, pero no van a saber cómo enseñar (INDN.06, 2017).
DISCUSIÓN
El análisis realizado a los comentarios de los licenciados en formación, permite clasificar las características del docente en los ámbitos pedagógico, personal y profesional; en consecuencia, cada ámbito presenta un rasgo sobresaliente, es así como en la perspectiva ejercicio en el aula sobresale el interés por el aprendizaje en los estudiantes, en la perspectiva trato con los estudiantes se distingue el lado humano y, finalmente, en la perspectiva preparación académica permanente se destaca la cualificación docente. Estos ámbitos conforman el sentido dado por los estudiantes a la construcción de su identidad profesional docente.
Dentro de la perspectiva ejercicio en el aula, los futuros licenciados plantearon la necesidad de contar con docentes que se interesen por el aprendizaje de ellos, con una planeación de contenido oportuna, el uso de una metodología de manera creativa y contextualizada a las necesidades de los estudiantes.
Por su parte, el interés por el aprendizaje además de estar relacionado con el compromiso del docente hacia el cumplimiento de las funciones y deberes en el aula, se enfoca en el desarrollo individual de habilidades, actitudes y talentos que posee el estudiante, como se puede evidenciar a continuación: “es importante como docentes, reconocer las habilidades de pensamiento de los chicos” (CSMG.07, 2017).
Para Martínez (2010), el compromiso docente es la responsabilidad de su labor hacia su lugar de trabajo. Es por esto que la investigadora asume el compromiso docente como la obligación moral frente “al desarrollo de actitudes que contribuyan a la realización personal y comunitaria, a la formación plena en todas sus dimensiones de todos sus estudiantes” (p. 12).
Además, las estrategias de enseñanza que utiliza el docente en el aula, deben estar enfocadas hacia el aprendizaje significativo del estudiante, empleando de manera óptima su conocimiento en el campo pedagógico y profesional:
Uno debe estar atento a los resultados de las evaluaciones que pueda realizar, si a todo mundo le va mal es que algo estamos haciendo mal también como docentes, pues igualmente hay que analizar la dinámica de la disciplina o la atención que se presenta en el curso, y si están muy atentos y hay malos resultados hay que volver a retroalimentar eso y que no se dejen vacíos en los estudiantes (CSGM.09, 2017).
Al considerar que la calidad educativa se mide a partir del logro exitoso de los aprendizajes por parte de los estudiantes, el docente debe comprometerse y esforzarse para alcanzar los objetivos establecidos en cada nivel, ya que su labor está constantemente en la mirada de los órganos estatales y de las instituciones educativas; lo anterior genera en el docente ciertas tensiones que pueden fortalecer y mantener el interés por el aprendizaje: “lo más importante es darse cuenta que como profesor influiste en su desarrollo. Además, tuve un profesor y si él tenía que quedarse horas extras, él se quedaba” (MUEL.06, 2017).
Por ello es que, para que el proceso enseñanza aprendizaje se logre de manera exitosa, el docente debe poner su máximo esfuerzo para que sea efectivo, es decir, durante su práctica docente, además de impartir sus clases debe buscar y emplear estrategias didácticas y motivacionales que le permitan al alumno comprender los contenidos y, al mismo tiempo, despertar y mantener su interés en los mismos (García, García & Reyes, 2014, p. 283). Al respecto, un estudiante opina lo siguiente:
El educador es quien mira el proceso del estudiante. Uno mira que tenga unas buenas bases y que salga con unas buenas bases para poderse desempeñar en la sociedad para no ser un mal ejemplo para los niños que son futuro de esta sociedad; entonces yo me enfocaría más por profesores que se interesan más por el proceso, y mas no por la nota, me interesa que aprenda esto, así me demore lo que tenga que demorarme, pero que aprenda (MUGB.06, 2017).
Es así que el interés por el aprendizaje en los estudiantes conlleva a una responsabilidad en el ejercicio docente en el aula, centrado en el estudiante y no asumiendo actitudes como la que manifiestan algunos estudiantes de los programas de licenciatura: “Es realmente triste que el docente llegue así a enseñar sin nada de gusto, llevándole cualquier cosa a los niños y sólo preocupados por lo que puedan ganar” (CSGM.09, 2017).
En efecto, este rasgo sobresaliente involucra compromiso por parte del docente, amor a la profesión, creatividad y humanismo en pro de cultivar sus aptitudes y actitudes y las de los estudiantes en el proceder en el aula: “tuve maestros muy buenos, pero siempre noté que no eran personas apasionadas por su carrera” (CSMG.07, 2017).
Otro participante dice lo siguiente: “el reto del docente que debe alcanzar uno, es que el estudiante aprenda y aprenda en cuestión de funcionalidad para la vida” (CSMC.09, 2017).
Dentro del trato del docente con los estudiantes va más allá de impartir conocimientos en el aula, puesto que el éxito del proceso educativo está relacionado con los rasgos que constituyen la personalidad del docente frente a las relaciones de camaradería con los educandos. Es así que, para los estudiantes de licenciatura, las relaciones entre maestro y los alumnos fundamentan vínculos de comunicación armónicos gracias a la presencia del lado humano de los pedagogos. Es decir, al ser una persona receptiva y motivadora ante las sugerencias y habilidades de los educandos, el docente aprovechará las oportunidades en miras a mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje, circunstancia que potencializa la construcción de la identidad de cada futuro docente, permitiéndole mayor eficacia en el aula de clase.
Es así que, el profesor ante todo es un ser humano con cualidades, características y dificultades, las cuales se muestran y son perceptibles por los estudiantes todos los días, razón por la cual la labor docente está ligada estrechamente al lado humano. Contreras (2010), al respecto, argumenta:
Y esto es lo que primero perciben alumnos y alumnas: la presencia (o la ausencia), el modo de ser, alguien que se muestra (o no) y entabla (o no) una relación tanto con el propio alumnado como con lo que pretende enseñar o compartir o estimular e impulsar en esa relación personal (p. 64).
Así mismo, esto se evidencia en el siguiente testimonio:
Ser docente es como que a uno lo invita a ser mejor como persona y mejor profesional, entonces para mí un docente tiene que buscar eso, primeramente ser mejor persona, cada vez que tú seas mejor persona vas a dar mejor ejemplo y, por ende, tu profesor va a llevarte a ser mejor (INJA.08, 2017).
Los docentes que trabajan con pasión y gusto destacan varias cualidades dentro de la enseñanza, como son: la sensibilidad como personas y la concientización ante los desafíos presentes en los ambientes de trabajo propician un sentido de identidad y favorecen el aprendizaje y el rendimiento de todos los estudiantes de una manera certera: “La labor del profesor no sólo es el hecho de ir a dar una clase, dar su contenido y cumplir con lo que diga el currículo sino también estar ahí para los estudiantes en lo que uno lo necesite” (MANC.09, 2017).
La preocupación hacia los estudiantes, el desarrollo de trabajos cooperativos, la colaboración entre colegas y el sentido de compromiso a ser competente en el aula día con día, favorece el aprovechamiento de oportunidades para llevar a cabo actividades de reflexión relacionadas a la práctica profesional. Day (2006) arguye:
Los maestros comprometidos apasionadamente son los que aman de manera absoluta lo que hacen. Están buscando constantemente formas más eficaces de llegar a sus alumnos, de dominar los contenidos y métodos de su oficio. Sienten como misión personal… aprender tanto como puedan sobre el mundo, sobre los demás, sobre ellos mismos, y ayudar los demás a hacer lo mismo (p. 18).
Además de añadir pasión a los procesos de enseñanza, se hace necesario agregarle herramientas de comunicación para la construcción de relaciones empáticas entre el docente y el estudiante: “La empatía es una habilidad personal, emocional, una destreza de la comunicación entre personas, que consiste en la capacidad de comprender los sentimientos de los demás” (García, 2009, p. 2).
Así mismo, referente a la familiaridad con el docente, otro estudiante dice:
Es importante ir más allá de la relación docente-estudiante, por ejemplo, no sé “¿qué te pasa? ¿te sucede algo?” digamos porque yo creo que un estudiante mire como ese tipo de relación, como ese tipo de familiarización, algo así, yo creo que ayuda muchísimo ¿sabe por qué? porque rompe esa pared que tiene en la que el docente es algo aparte a quien no se le puede decir nada; por eso creo que es algo fundamental que el docente sea mejor persona y así el ambiente de clase también se vuelve mucho más ameno (INDC.08, 2017).
Cuando el profesor se coloca en el lugar de los estudiantes, accede a la capacidad de reflexionar y comprender los sentimientos, las actitudes y aptitudes de los estudiantes que se presentan en el aula de clase.
Del mismo modo, dentro de la perspectiva preparación académica permanente del docente, está la característica de cualificación profesional en relación a un manejo contextualizado de los contenidos de clase.
La calidad educativa proyectada en clase por parte de los profesores, juega un papel importante dentro del desempeño de los estudiantes, puesto que propiciará mejores ambientes de trabajo y mejorará los procesos de aprendizaje en el aula. Consecuentemente, la obtención del título profesional del educador no representa la garantía total de éxito dentro de la labor docente, dado que otros elementos contribuyen en el proceso pedagógico, como son: la experiencia en el campo educativo, la dedicación hacia el trabajo, el esfuerzo por mejorar el desempeño y la preocupación por mantenerse actualizado ante las nuevas propuestas educativas.
Con ello, el sistema educativo exige que la calidad del conocimiento que posee el educador, esté en relación con “la capacidad que tienen los profesores de hacer que los alumnos aprendan, lo que supone que los docentes, para tener un buen desempeño, deben presentar una cualificación compatible con las exigencias de sus tareas y deben poder actualizarse de forma permanente” (Oliveira, 2009, p. 99); opinión compartida por otro estudiante: “un docente debe estarse formando constantemente, ir a la vanguardia de las cosas y del conocimiento como tal” (CSMC.09, 2017).
Cabe mencionar que la calidad del conocimiento que posee el profesor está ligada directamente con su desempeño, razón por la cual se le responsabiliza de los problemas de aprendizaje, hecho que se manifiesta en la actualidad por parte de la sociedad y el sistema de educación. Consecuentemente, se generan sentimientos de culpa en el docente ante los malos resultados en el aprendizaje de sus alumnos, razón por la cual debe adoptar un compromiso certero con su profesionalización; según Oliveira (2009): “este compromiso de los docentes implicaría buscar de forma permanente (y muchas veces a sus propias expensas) maneras de capacitarse, de cualificarse, para desarrollar mejor su trabajo: enseñar mejor para que los alumnos puedan aprender más” (p. 100).
Es aquí donde la cualificación docente se une al desempeño profesional con el propósito de contribuir al progreso social, optimizar las condiciones de trabajo, el valor de los salarios, entre otros. Por lo que la profesión del educador estaría determinada por la formación como una posibilidad de aprendizaje continuo. El mismo autor comenta: “Se trata de un enfoque, en general normativo, que establece el desarrollo profesional e institucional como caras de la misma moneda y que atribuye a la conciencia del profesional la posibilidad de un cambio ético en la educación” (p. 101).
Finalmente, es importante destacar que las diversas reformas educativas en los países latinoamericanos, dieron como resultado que los profesores, especialmente los que pertenecen a la educación pública, asuman roles burocráticos adicionales a los ejercicios de enseñanza, situación que causó la desprofesionalización y la pérdida del sentido de identidad docente.
CONCLUSIONES
La novedad del artículo está en el sentido de mostrar la visión de licenciados en formación como fuente primaria de información para definir aspectos relevantes de sus docentes y de ellos mismos como futuros profesionales. Escuchar la opinión estudiantil proporciona datos sobre aspectos diversos y relevantes con relación a la caracterización del docente, por lo que se plantearon tres perspectivas diferentes que permiten generar un acercamiento a la identidad profesoral.
En la perspectiva ejercicio en el aula, los estudiantes de licenciatura evidencian la necesidad de contar con docentes que planteen de manera creativa diversas teorías, métodos, estrategias de enseñanza y recursos que faciliten la apropiación de aprendizajes enriquecedores y que reconozcan las habilidades y destrezas individuales. Al mismo tiempo, valoran la exigencia como un proceso docente para incentivar el autoaprendizaje y la conexión de saberes. Esto conforma lo que ellos denominan, en sus opiniones, como interés por el aprendizaje en el estudiante.
En el enfoque denominado trato con los estudiantes, es importante resaltar que la labor docente no radica únicamente en el acto de impartir conocimientos sino también que el éxito del proceso educativo esté interrelacionado con los rasgos que constituyen la personalidad del docente. Por esto, los estudiantes de licenciatura destacan que un maestro necesita ante todo ser una mejor persona, es decir, lo humano que le permita crear una relación armónica y de respeto hacia los estudiantes, en la que el maestro sea receptivo ante las sugerencias y un agente motivador de las habilidades de los estudiantes para tomar ventaja de las nuevas oportunidades. Estas características hacen que cada profesor construya su propia identidad y, en cierta medida, defina la eficacia de su labor en el aula de clase.
Aunque no menos importante es la preparación académica permanente, que se ubica como una tercera perspectiva donde el estudiante expresa la importancia que tiene la cualificación docente y la preparación profesional para un manejo adecuado y contextualizado de los contenidos.
Finalmente, es significativo señalar que cada aporte realizado por los licenciados en formación acerca de las características del docente, permite ampliar la mirada hacia aquellas unidades de sentido que contribuyen en la construcción de la identidad del educador y, así mismo, son prioritarias para la reflexión tanto de licenciados en formación sobre su futuro ejercer profesional como para profesores en ejercicio.
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[1]Artículo derivado de la investigación: La identidad profesional docente desde las concepciones de licenciados en formación de la Universidad de Nariño. Avalado y financiado por la Universidad de Nariño.
[2] Magister en Educación, Universidad de Nariño. Departamento de Licenciatura en Informática, Universidad de Nariño. E-mail: nfdelgado@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0821-6474. Pasto, Nariño, Colombia.
[3] Magister en Educación, Universidad de Nariño. Departamento de Lingüística e Idiomas, Universidad de Nariño. E-mail: deisyimbajoad@hotmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3967-2413. Pasto, Nariño, Colombia.
[4] Magister en Educación, Universidad de Nariño. Departamento de Lingüística e Idiomas, Universidad de Nariño. E-mail: emueses4@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9010-6962. Pasto, Nariño, Colombia.
[5] Se presentó un punto de encuentro entre la investigación desarrollada y la teorización dada por Salazar (2006), quien orienta la caracterización en tres dimensiones: personal, disciplinar y pedagógica